miércoles, 31 de octubre de 2007

PARA PODER COMUNICAR

Cada vez que respondo a la pregunta de en donde trabajo. Me contrapreguntan casi de manera inmediata que es lo que hago exactamente.

Soy la analista de Comunicaciones del Departamento de Producción de Carbones del Cerrejón. Luego de haberme tomado más o menos 20 segundos nombrando a mi puesto, la gente me dice: “Ahh Cerrejón…la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo, la que sale en la televisión… ¿Cómo así una comunicadora en el área Producción? “

Supongo que el cuestionamiento está dirigido en muchos casos a las razones que justifican que mi función reporte directamente al Departamento de Producción y no al área de Comunicaciones Corporativas o Recursos Humanos y en otros casos a la curiosidad que una multinacional como Cerrejón genera.

Obviamente cuando llegue al cargo que ya existía, llegue a hacerme internamente la misma pregunta. Claro que para nada iba a cuestionar las razones del cargo que sería mi futura fuente de ingresos.

De ese entonces a ahora han pasado casi 8 años y ha sido el tiempo y los logros alcanzados los que le han dado la razón a aquel visionario jefe que hoy en día ya no está en la empresa, que decidió justificar la posición de Comunicaciones al interior de un área netamente operativa.

Ahora me siento muy afortunada porque estoy trabajando en el área que desde muy temprano sentí que era mi vocación, en una gran empresa y porque siento que mejor escuela hubiera sido difícil encontrar. Ejerzo mi tarea inmersa en mi audiencia y en su día a día. Mi cercanía al proceso minero me facilita conocer las necesidades y problemáticas a solucionar y se bien que de otra manera, actuando desde la distancia en una oficina de comunicaciones, por fuera de la operación los resultados serían de menor nivel.

Por eso me permito establecer como punto clave para comunicar, tener la oportunidad de perfilar mi audiencia de la manera más directa posible, interactuando con ella, conociendo la mayor cantidad de detalles. Nada es superfluo. Cualquier característica por muy irrelevante que se considere puede ser un elemento que dará valor al mensaje corporativo.

Para desarrollar la tarea comunicativa al interior de una organización el profesional del área debe tener la obligación de relacionarse con su audiencia, no en almuerzos y eventos protocolarios, sino en su cotidianidad. No más la pretensión en que hemos caído todos de dar como ciertos los supuestos. El término GLOCALIDAD, me parece muy apropiado: un mensaje corporativo global, debe traducirse a aplicaciones locales. El mensaje interno es matizado por el contexto en que se necesita sea apropiado. Eso hemos hecho en el área Producción y cada vez los resultados van siendo más y más interesantes…

Hablo desde la experiencia que he tenido y me gustaría confrontarla y enriquecerla con otras experiencias…